Los pensamiento rumiantes (repetitivos) aparecen cuando no das solución a un problema. Es importante entender, que no siempre los problemas tienen solución en el presente. Es por eso, que debes enfocarte en lo que puedes manejar hoy para calmar el pensamiento y dejar de sentirte agobiada por el problema.
Así como cavar una tumba, el pensar una y otra vez lo mismo, cavas un hueco en el que no logras, desde dentro, ver las soluciones y oportunidades que se te prensenta. Tu atención esta tan enfocada en el problema, que no puedes ver más allá.
Mantenerte en el presente es el secreto.
Cuando estamos en estado de rumiación vivimos en nuestras mentes, una técnica que se utiliza es volver a conectar con tu cuerpo, bajar a tierra tu enfoque y comenzar a sentir tu cuerpo. Comenzar a sentir tu respiración y relajar tu cuerpo, te permite dejar de pensar en lo que te agobia, para comenzar a sentir. De esta manera vuelves al presente.
Paso siguiente, es entender que no hay nada que puedas hacer para predecir el futuro, pero sí para prepararte y que solo puedes tomar decisiones, según la información que manejas hoy.

La decisión que tomas hoy es la mejor decisión que puedes tomar.
¿Cuándo fue la última vez que tomaste una decisión con la intención de equivocarte?
…. de seguro nunca.
Lo mejor que puedes hacer para dejar de pensar en el problema es enfrentarlo, desde el presente, dejar de procrastinar y decidir hoy, qué vas hacer o que actitud vas a tomar con relación a él.
Porque te guste a no, no todos los problemas tienen solución, algunos solo hay que aceptarlos, aprender a adaptar nuestra respuesta y liberarnos de la responsabilidad de solucionarlos.
Sí ya tienes tiempo con eso en la mente, es hora decidir.
Si hay algo que puedes hacer hoy para acabar con el problema o prepararte, hazlo, no dilates más el tiempo, hasta volverte dependiente de la emoción de angustia. Si no existe algo que puedas hacer, ya sea porque no depende de tí o porque no sabes como hacerlo, acéptalo. Si no depende de tí, es hora de dejarlo ir y recordártelo cada vez que este pensamiento visite tu mente.
Tal vez preguntarte ¿qué si depende de mi?
En caso contrario, si no sabes como hacerlo busca ayuda a nivel personal o profesional. Habla sobre el tema para quitarle la carga emocional que conlleva el estar pensando una y otra vez en el mismo problema.